miércoles, 24 de junio de 2009

Un artículo especialmente destacado.



Me permito la osadía de publicar aquí un artículo de Juan José Millás, el cual, me ha gustado mucho. Como no tengo mayor interés económico en el tema, no creo que pase por aquí la SGAE a intentar cobrar cánon ni cosas de esas.

"Sueños"

"Yo quiero estar imputado, como Camps, para ser feliz, para reír con la franqueza con la que ríe él, para divertirme a la entrada y a la salida de los juzgados, para que la gente me aplauda y me jalee como a un actor de moda, para que la alcaldesa de Valencia o cualquier otra se muera por
acompañarme, del brazo, a los tribunales de justicia. Tengo derecho a ser feliz, a que me regalen trajes y entradas para el circo, lo mismo que a mi señora y a mis hijos. Yo quiero que mis defectos se hagan públicos y que a la gente le parezcan normales, del mismo modo que parece normal no usar para nada las tarjetas de crédito.

–Querida, te cojo doce mil euros de la caja de la farmacia, para hacerme unas chaquetas.

–Vale, corazón, pero no pidas factura, que estoy de papeles hasta el gorro.

Yo quiero que las bolsas de plástico con las que la gente me ve ir y venir por la calle estén llenas de billetes de 500 euros y no de judías verdes o lechugas. Yo quiero pagar al contado mis viajes a Sudáfrica (8.000 euros) y devolver 300.000 en billetes de 50 sin que a nadie le parezca raro. ¿Qué pasa?. ¿Son obligatorias las transferencias?.

Yo quiero estar a gusto conmigo mismo, con mi conciencia, como Trillo, que no tiene remordimiento alguno por lo del Yak 42. Lo malo es que yo no he estado implicado en nada raro, ni en estafas, ni en muertes, ni en cohechos, ni en maquinaciones para alterar el valor de las cosas, sólo en pequeñas miserias, en tonterías de andar por casa, en mezquindades que no llaman la atención de los jueces, que no van a ningún sitio. Y por eso, sospecho, sufro de tantos problemas de conciencia y de tantas dificultades para ser feliz.

No tengo amiguitos como El Bigotes, como Correa, no frecuento los bajos fondos. Del trabajo a casa y de casa al trabajo, perra vida. Por eso Rita Barberá no me llama para acompañarme al juzgado y echar unas risas por el camino, como los actores cuando atraviesan la alfombra roja. Yo quiero ser un chorizo, no por los trajes, ni por los viajes a Sudáfrica ni por los 300.000 euros que me dan un día y devuelvo al siguiente en bolsas del supermercado, sino para que la gente me quiera más."

Juan José Millás.

miércoles, 10 de junio de 2009

Carta de un Brigadista Internacional



Ayer, en la reunión que mantenemos los socialistas de Ponteareas en la Agrupación Local, Pancho Candeira, ex-alcalde de nuestra villa, me enseñó una carta que recibió, en julio de 2003, de un antiguo brigadista internacional, Salman J. Salzman. Transcribo su contenido a continuación:



"Estimado Señor Alcalde de PONTEAREAS, ESPAÑA

El diario New York Times del 9 de julio de 2003 publica que en vuestra ciudad vosotros teníais el coraje de destruir el monumento del Caudillo.

Soy uno de los voluntarios de la libertad que llega a defender el gobierno de la Segunda República Española.

Vivan los pueblos de España que luchan por una España democrática y libre.

Con todo respecto.

SALMAN J. SALZMAN
VETERANO DE LA 35 DIVISION
15 B.J.
60 BATT.

Llegué a España de Palestina".


Parece increíble que un acto tan simbólico para una ciudad pueda, a través de la prensa internacional, traspasar fronteras y emocionar a gente tan dispar.

Particularmente, me hubiese encantado conocer al señor Salzman, cosa ya imposible, pues falleció en el 2005. Seguro que su sentimiento vital estremecería y emocionaría a cualquiera.

Salzman, como tantos otros, se unió a la lucha de defender la libertad de las personas. Parece increíble que un señor de Palestina, o de cualquiera otra parte del mundo, se proponga como voluntario para ello.

Durante muchos años, Salzman trató de hermanar a palestinos e israelíes. En su última visita a España, rindió homenaje a un brigadista palestino musulmán, compañero suyo que falleció en defensa de la libertad.

Desde aquí quería hacer un homenaje a tantas personas que dieron su vida, o una buena parte de ella, a defender la libertad y la democracia.

Salzman, aquí, en Ponteareas, ya lo logramos.